martes, 20 de marzo de 2012

Un año ... un balance

Para quienes militamos en este espacio, la Esquina de la Participación Popular, 2011 fue el año de nuestro nacimiento como grupo político. Tal vez por eso se nos hizo un año tan intenso. O tal vez porque para algunos de nosotros 2011 en realidad empezó antes, con una serie de encuentros que concluyó en diciembre de 2010 con un panel de lujo: Carlos Tomada, Juan Cabandié, Enrique Martínez, Tito Nenna y Guillermo Martini. O tal vez porque las elecciones nos contagiaron su ritmo y en él bailamos durante más de cuatro meses, a veces con la más fea y otras tantas con la más linda. O tal vez porque, como en la vida misma, dar los primeros pasos es, ante todo, aprender a levantarse una y otra vez.

Pero como el movimiento se demuestra andando, en eso venimos empeñados todos nosotros. Algunos, desde hace años; otros, más recientemente. Por eso, congeniar experiencias e historias fue nuestra primera acción colectiva. Reconocer el pasado de cada uno, recordar los caminos transitados a la par, los desvíos, los reencuentros. Así, el núcleo fundador de la Esquina debió atravesar entonces esa tarea, al tiempo que iba recibiendo a los recién llegados al calor de la militancia, y haciéndoles su lugar.

Y en el principio fueron las flores que simpatizantes, militantes y dirigentes pintaron en la fachada de la Esquina. Y después el Curso de Historia del Bicentenario, con el que un querido compañero del barrio –todo un cuadro– decidió colaborar generosamente. Y, después, otros dos compañerazos decidieron dedicarles las tardes de los sábados a nuestros viejos, o “adultos mayores”, con el Taller de la Memoria. Y luego llegó el ciclo Cine de los Viernes, en el que compartimos una quincena de películas. A veces con un invitado excepcional (y una convocatoria acorde), como el Coco Blaustein (director de cine y militante de la Ley de Medios) o Florencia Gómez (coautora del proyecto de Ley de Tierras, hoy ya en vigencia); y, otras veces, en proyecciones más íntimas, para los treinta que nunca faltan.

Pues bien, entre esas tres actividades centrales y sostenidas durante todo el año, se realizaron además la Fogata de San Pedro y San Pablo, muestras de arte (como la del compañero Leo Vinci, una de cuyas esculturas ha llegado hasta El Calafate), charlas con especialistas en temas políticos centrales, campañas de información sobre comunas y PASO, como así también participamos de las Mesas de Seguridad barriales.
Y por supuesto, además trabajamos en las campañas y elecciones, en las que llegamos a aportar hasta ochenta fiscales. Todo en el primer año de vida.

Finalmente, la Esquina también ha sido el espacio donde se han desarrollado novedosas actividades, cuyas incipientes articulaciones conllevaron dificultades y desafíos, pero también auguran trascender nuestro propio barrio, para integrarlo en un todo mayor, más complejo.

Una de esas actividades fue el Club de la Agricultura Familiar, en la que pusimos el cuerpo para acercar los productos de la agricultura familiar a la mesa de nuestros vecinos, enlazados con el Ministerio de Agricultura y con otras organizaciones del campo nacional y popular. Y la otra fue la Escuela-Proyecto de Participación Popular en Políticas Públicas, una idea surgida de compañeros de la Esquina, de la que fueron impulsores y que se proyecta hacia el futuro.

Y otra actividad más: el Festival de las Mil Flores, cuya segunda edición se realizará el 31 de marzo, ya que en la primera logramos aunar bibliotecas populares y agricultura familiar, difusión institucional, candidatos y vecinos, música en vivo, muralismo y deporte callejero, campaña electoral y proyecto de futuro.

Para finalizar, rescatamos otra expresión de Cristina: para transformar este país, es necesario “que todos entiendan todo”. Hacia eso queremos ir, para que nuestras actividades barriales focalicen su temática en los aspectos relevantes del proyecto popular: petróleo, minería, trenes, tierras, finanzas.


Un país nuevo está por hacerse, pero ya hemos empezado la tarea.