miércoles, 26 de mayo de 2010

Esa obsesión por dividir y fracturar

Después de leer semejante declaración de principios no hay duda alguna de quienes son los que están en la vereda de enfrente.

Leemos con cuidado, el enemigo tiene las cosas bien claras ( como siempre en la historia Argentina ).

Esa obsesión por dividir y fracturar
Joaquín Morales Solá
LA NACION
Miércoles 26 de mayo de 2010 | Publicado en edición impresa

Dividió la historia y fracturó el presente para convocar a la unidad nacional a partir de la experiencia de ellos mismos. Esa contradicción rupturista y egocéntrica de Cristina Kirchner chocó ayer, sobre todo, con una sociedad que se encontró con una razón de la existencia nacional y que se volcó masivamente a las calles. No eran argentinos enarbolando banderas partidarias (éstas existieron sólo en los actos del kirchnerismo), sino mucho más conscientes que sus gobernantes del instante excepcional y único de la historia que estaban viviendo. Millones de argentinos se encontraron en el espacio público para celebrar un aniversario que nunca más volverán a vivir. Quizá futuras generaciones podrán hacer planes para sus próximos 100 años, pero seguramente no serán las que están hoy con vida.

¿Es extraña esa fractura en los hechos y en el discurso de los Kirchner? Por el contrario, actos y palabras de verídica unidad por parte de los gobernantes argentinos hubieran significado la sorpresa de lo original. Simplemente, fueron coherentes. Esa coherencia entre fisuras constantes convirtió la conmemoración de la fecha patria en una convivencia inestable y permanente entre dos Argentinas.
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