jueves, 16 de octubre de 2014

Cuando la vivienda no es un derecho

En Parque Avellaneda, Comuna 9, al sur de Rivadavia parece que los derechos no siempre son tan derechos ni tan universales.

La Constitución de la Ciudad de Buenos, en su artículo 31, especifica claramente que la Ciudad reconoce el derecho a una vivienda digna y a un hábitat adecuado. Para ello, establece en su inciso 2: ..“Auspicia la incorporación de los inmuebles ociosos, promueve los planes autogestionados, la integración urbanística y social de los pobladores marginados, la recuperación de viviendas precarias y la regulación dominial y catastral, con criterios de radicación definitiva.

Las 10 familias, las 47 personas, los 23 niños y niñas que viven hace 30 años en Lasalle 1754 vienen, ya hace tiempo, exigiendo que la ley los proteja. Son familias que pagaron durante años el alquiler de sus viviendas, un día muere el dueño y queda vacante la propiedad. Nadie la reclama. Comienzan a pagar los impuestos en forma regular para soñar, en algún momento, con la usucapión de la misms. El sueño queda trunco. Un inescrupuloso que nunca falta, logra comprar los derechos de la propiedad a una heredera fantasma y comienza juicio de desalojo.

8 años de juicio. Solo 6 meses faltaban de impuestos pagos para que sus derechos sobre la propiedad fueran claros, solo 6 meses. Hoy las familias enfrentan día a día, la posibilidad certera de quedar en la calle.



El pasado miércoles se recibió la notificación del desalojo. Se intervino ante el juzgado y se logró algo de tiempo para entablar una mesa de negociación. Negociación con quien? Con el mercado que expulsa? Con la justicia que privilegia los negocios espurios a la buena fe de gente de trabajo? Con el Gobierno de la Ciudad que, a pesar de tener créditos aprobados en el IVC no son otorgados por falta de presupuesto? Con quién se puede hablar de derechos, de justicia, de dignidad en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires?

10 familias de trabajadores que cumplen con todas las reglas que la sociedad impone. Pagan servicios, mejoran sus casas, todos los pibes están escolarizados, controles médicos y sanitarios al día, desempeños laborales excelentes … pero nada es válido. Quieren pagar un alquiler, y es negado. Quieren pagar un crédito para comprar la vivienda y es rechazado. Quieren ser cooperativa de vivienda para construir sus nuevas casas en otro lugar, y no están en los presupuestos de ninguna oficina gubernamental.

Al sur de Rivadavia, los nadies, los ignorados, los olvidados del sistema, siguen exigiendo y esperando, que los derechos se cumplan; que la ley se cumpla; que el ESTADO desempeñe de una vez y para sirve el rol que debe tener. El ESTADO no está para seguir beneficiando a los ganadores de siempre, el ESTADO debe resolver los problemas de las personas que el mercado expulsa, de las personas que exigen dignidad, de las personas que NO se resignan a seguir soñando con una vivienda para ellos, sus hijos y su porvenir.