miércoles, 26 de febrero de 2014

Crónica de un día de gestión en una Comuna de la Ciudad de Buenos Aires ( que no daremos el número, pero puede ser cualquiera)


1 - Una Directora de una Escuela Pública del barrio ( que no daremos el nombre, pero puede ser cualquiera)  realiza una jornada de ordenamiento de los muebles del colegio y va a tener que tirar muebles. Esta mujer ya había hablado con Infraestructura Escolar sin obtener respuesta. Llamó al 147 como ciudadana común y tampoco. Decide llamar a la Comuna.

2 – Da con una Comunera ( que no daremos el nombre, pero puede ser cualquiera) que piensa que no puede ser difícil solucionar este tema, y encara la solución.

3 – La Comunera llama a la empresa Nítida, empresa contratada por el GCBA para realizar tareas de este tipo. La operadora dice que debe hacer pedido online.

4 – La Comunera hace el pedido online, hasta acá vamos bien. El sistema le dice en forma inmediata, por mail, que el pedido está siendo cursado y que ahora nos tenemos que comunicar con la empresa. O sea, para que la operadora nos manda al formulario si deberemos hablar de nuevo con ella?

5 – Volvemos a llamar a Nítida, con número de pedido online en mano, nunca fue solicitado. Nos dicen que a la noche del día que se pidió el camión recolector estará presente para retirar los muebles en desuso. Bien! Estamos encaminados en la solución, se dice la Comunera para si casi con entusiasmo.

6 – El camión pasa por la puerta del colegio. Toca el timbre en portería. Y pide plata para la cerveza de los muchachos. Al portero no le habían dejado la plata para la cerveza, o ya se la había tomado, o simplemente le pareció injusto, o varias razones más podemos pensar. El tema es que los muchachos del camión no obtuvieron la cerveza ni la plata. Consecuencia: pusieron primera y se fueron.

7 – La Comunera fue alertada por un buen ciudadano, de que a altas horas de la noche los muebles seguían ahí. Seguramente al otro día, la Comunera iba a tener problemas con la Directora porque no cumplía con la palabra empeñada. Por suerte, hay amigos recicladores urbanos ( podríamos también llamarlos amigos cartoneros), que fueron gustosos al lugar y se hicieron de varios muebles. Salvo un viejo placard que estaba destruido.

8 – Por suerte, frente al colegio hay un local partidario (que no daremos el nombre, pero puede ser cualquiera). La Comunera habla con los compañeros del local para que le den una mano y trasladen 50 metros las viejas maderas a un contenier. Ahí si los muchachos del camión levantan!! Por suerte todavía ese conteiner, no es Sala de 3 o de 4, solo por suerte …

9 – Lo hemos logrado! Gracias a algunos amigos, conocidos y la gran gestión del GCBA!!! Entre nosotros, la Comunera está bastante hinchada las pelotas de la gestión, pero todavía falta mucho para que le hagan bajar los brazos …

Relato de una Comunera de la Ciudad de Buenos Aires
 ( que no daremos el nombre, pero puede ser cualquiera)