viernes, 3 de junio de 2011

Metas grandes y metas chicas

Conducir el INTI es una tarea que plantea desafíos que superan lo instrumental. Nuestra responsabilidad no se limita a tratar de ser más eficientes en la ejecución de una labor que ya está definida con precisión, como sucede, por caso, en una estación de venta de combustible o en una peluquería o, en el plano productivo, en una fábrica de televisores. En todos estos casos, el producto final está definido, aun cuando pueda cambiar el modelo de corte de pelo o de televisor.
La atención se debe concentrar en hacer las cosas a satisfacción del cliente y obtener un rédito aceptable para el capitalista, sea uno mismo o un tercero.