29 de junio / Página 12
Por José Natanson
La juventud –entendiendo por ella el grupo etario que va desde la pubertad hasta la adultez– es un fenómeno de la segunda mitad del siglo XX. Su emergencia en los años de la posguerra se explica por una combinación de factores. El primero, de tipo material, tiene que ver con los cambios en la economía, sobre todo la expansión del sector servicios, que comenzó a demandar una mayor cantidad de profesionales y técnicos. En un contexto de prosperidad, muchas familias impulsaron a sus hijos a prolongar los estudios. La extensión de la cobertura universitaria creó una enorme masa de jóvenes que compartían sus experiencias y sus sueños en espacios comunes de socialización: las sedes de las universidades, los campus y sus extensiones (los bares). Más educados y conscientes que sus padres, tenían tiempo y recursos para pensar y actuar.
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